En primer lugar tenemos el bilingüismo: aunque en la teoría aparece como algo positivo en nuestra educación, la realidad es que muchos niños que tienen asignaturas en inglés se aprenden la materia de memoria pero ni la entienden ni son capaces de explicarla en español. Es necesario que, además de darles asignaturas en otros idiomas, asegurarse de que están entendiendo el contenido y no solo repitiéndolo como pequeños loros.
Un elemento que parece favorecer a nuestro modelo educativo son las evaluaciones, que ayudan a determinar cuales son los centros en los cuales será necesario emplear mayor cantidad de recursos para mejorar los resultados de sus alumnos. Estas pruebas también nos ayudan, en teoría, a descubrir cuáles de nuestros alumnos llevan peor ciertas asignaturas y así podemos adaptar el refuerzo a sus necesidades específicas. El único problema que veo en esta práctica es que hacer exámenes tan "importantes" a los alumnos de primaria puede someterlos a un estrés bastante perjudicial para su corta edad.
En el artículo también se habla de conseguir la equidad de todos los niños a la hora de acceder a la educación. Esto suena muy bien teóricamente pero la realidad es que cada alumno tiene una situación socioeconómica diferente y por ello se debería poner un esfuerzo mayor a la hora de, por ejemplo, dar becas y centrarse en las necesidades reales del niño y su familia.

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